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La situación provocada por la pandemia del covid-19 ha demostrado el valor de la transformación digital en las empresas.

La forma de operar de las empresas, y de sus trabajadores, ha tenido que cambiar profundamente de la noche a la mañana, provocando cambios que afectan a dispositivos de usuario final, redes (LAN y WAN), aplicaciones y servicios en la nube, análisis de datos, Internet de las cosas (IoT) y mucho más.

Podríamos pensar que transformación digital implica que alguna intervención tecnológica mágica puede impulsar a una organización a un estado nuevo, más eficiente y rentable.

Esto no es así, es preciso realizar previamente una planificación, una prueba piloto, un despliegue de producción y una gestión operativa impecables.

Sí es cierto que los plazos se han acortado, pero también ha sucedido que algunas empresas han comenzado en falso, tomando decisiones equivocadas y han debido realizar un desarrollo más incremental y escalonado.

La Madurez Digital de las organizaciones del siglo XXI

No es de extrañar por tanto que, en un momento dado, las empresas, según el sector en el que se encuentren, la calidad de su liderazgo, la planificación empresarial y la agilidad con la que los nuevos procesos empresariales se puedan desarrollar e implementar, condicionen y varíen su madurez digital.

La pandemia del covid 19 y las medidas de reducción de la movilidad y confinamiento, han proporcionado, repentinamente, un medio no buscado para evaluar el papel de la transformación digital en las empresas.

Cuando la pandemia pase, que pasará, las empresas serán más tecnológicas que nunca, pero algunas estarán mucho mejor situadas competitivamente que otras, quizás de manera irreversible, en parte debido a sus políticas tecnológicas antes y durante la crisis, y su buena suerte de estar en el sector adecuado en el momento adecuado. Este período podrá ser para ellas un punto de inflexión significativo en la historia de la transformación digital corporativa.

Surgen ya preguntas del tipo, ¿las empresas maduras digitalmente pueden resistir el bloqueo y la recesión mejor que las que se encontraban en una etapa anterior de su transformación digital?

Las empresas han reaccionado básicamente de dos formas, tomando decisiones cortoplacistas (reducción o eliminación de inversiones, minimización de costes) con el objetivo de salvar su cuenta de resultados, y otras, adaptando su estrategia comercial e invirtiendo en procesos, tecnología y personas con el objetivo de obtener una ventaja competitiva en el medio plazo. Éstas segundas, por lo general, ya se encontraban en estadios de desarrollo digital superior y en sectores donde la transformación digital es clave.

¿La pandemia ha dado a los ‘rezagados’ digitales el ímpetu para adoptar más tecnología digital?

A diferencia de crisis anteriores, el sector ha jugado un papel decisivo en cómo les ha ido a las organizaciones durante la crisis. Dependiendo de los sectores, las empresas se han visto obligadas a poner en marcha proyectos de soluciones digitales cuyos avances tecnológicos perdurarán en el tiempo.

Sin duda, la pandemia ha acelerado la innovación digital tanto el sector público como en el privado. Ej.: Plataformas de enseñanza online, verificación de identidad para certificados digitales vía videoconferencia, vídeo consultas médicas, trabajo colaborativo, venta online, …

Hasta la hostelería, un sector muy castigado, ha accedido a cartas digitales, plataformas de venta a domicilio y comida para llevar.

La transformación digital, cualquiera que sea su forma precisa, se basa en Internet y, por lo tanto, incluso en tiempos normales, la infraestructura de Internet debe ser sólida. En tiempos anormales como la pandemia actual, con un trabajo remoto generalizado y una mayor dependencia de los servicios en línea en general, una Internet resistente es vital.

Las empresas digitalmente maduras tendrán más probabilidades de sobrevivir a la pandemia y prosperar después, las organizaciones más cautelosas a acelerar sus esfuerzos de transformación digital han tenido que tomar un impulso importante en un corto espacio de tiempo.

Aunque esta pandemia está dejando muchas empresas por el camino, el lado positivo de su severo impacto social y económico es que puede dejar a las empresas sobrevivientes mejor preparadas para hacer frente a crisis similares en el futuro.

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